"Bioshock: Rapture"
de John Shirley
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Portada del libro "Bioshock: Rapture" |
"Soy
Andrew Ryan y tengo una pregunta que hacerte, ¿acaso un hombre no
tiene derecho al sudor de su propia frente?. No, dice el hombre de
Washington, pertenece a los pobres. No, dice el hombre del Vaticano,
pertenece a Dios. ¡NO! dice el hombre de Moscú, pertenece a todos.
Yo rechacé esas respuestas. En vez de eso, elegí algo distinto.
Elegí lo imposible. Elegí... Rapture"
Con
este monólogo de Andrew Ryan se nos muestra por primera vez la
ciudad sumergida de Rapture en el videojuego “Bioshock”, uno de
los juegos más condecorados y con mejor crítica, con una aventura
apabullante y unos gráficos y un guión sublimes. A este le vino la
secuela: “Bioshock 2” en la que pasábamos a controlar un
gigantesco Big Daddy y volvíamos a pasearnos por la calles de
Rapture.
Ahora,
con “Bioshock Infinite” abriendo una nueva secuela en la que
salimos de Rapture para adentrarnos en una ciudad suspendida en el
aire, parece ser que John Shirley ha decidido contar la parte que no
sabíamos de Rapture: sus orígenes.
Todo
tiene un origen, y la ciudad sumergida de Rapture no iba a ser menos.
El libro comienza en el despacho de Andrew Ryan, donde comienza a
gestarse en su cabeza la idea de Rapture. Poco a poco se van
presentando personajes de los más carismáticos. Y es curioso que
aparecen (Algunos de una forma más fugaz que otros) todos los
personajes que han aparecido en las dos entregas. Cuando los
personajes como Frank Fontaine, Andrew Ryan, Suchong los demás
comienzan a grabar su voz en las grabadoras puedes escuchar el eco en
tu cabeza, las mismas palabras con la voz de los personajes y recibir
una oleada de nostalgia.
He
de decir, la verdad, que el libro no está demasiado bien escrito. No
en cuanto a tema de guión o historia se refiere (En ese caso, la
verdad, está muy logrado) pero la manera de contarlo, a mi parecer,
no ha sido la adecuada. Ha dejado muy de lado personajes que cambian
la manera de ser y de vivir en Rapture y los delegan más a un
segundo plano, por no hablar de la “creación” de los Big Daddys
y las siniestras Hermanitas que queda apartado a las últimas 50
páginas.
De
todas formas y pese a todo esto, todo aquel que HAYA JUGADO A LOS DOS
JUEGOS (El libro como no, está repletito de Spoilers para todo aquel
que no haya jugado) disfrutará como un enano con este maravilloso
libro.
“¡El
hombre elige! ¡El esclavo obedece!”
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